Alojamientos rurales Benarum

Lugares de interés

Encajonado entre Sierra Nevada, la Sierra de Lújar y la Sierra de Gádor se encuentra uno de los parajes más bellos de la Península Ibérica, conocido por Las Alpujarras.
Ascendiendo hacia las cumbres altas de la provincia de Granada, podemos llegar a blancos pueblos que se conjugan y enlazan con la naturaleza de tal manera que unos y otros se confunden en la lejanía.
La paz y la calma son las principales ofertas que hacen a un turista que huye del estrés de la ciudad. Pero esto no es lo único que se puede encontrar allí. Sendas desde las que se pueden acceder al Mulhacén- el picomás alto de la Península- pistas para practicar deportes de invierno, refugios donde esconderse durante un fin de semana o un recorrido por la época de la invasión mora son otras de las cosas de las que se pueden disfrutar. Pero antes de zambullirnos en este espectacular ambiente, conozcamos algunos detalles de la zona.
Localización: Las Alpujarras se encuentran entre las provincias de Granada y Almería, en la parte meridional de Sierra Nevada. Limita por sus cuatro costados con la Sierra de Lújar, al oeste, con sierra Nevada, al norte, con el mar Mediterráneo, al sur, y con la Sierra de Gádor, al este.
Clima: El clima en Sierra Nevada es diverso y muy variado. Tan pronto se puede disfrutar de una mañana soleada en la que vemos cómo se va fundiendo la nieve como observamos cómo esa misma nieve derretida se vuelvea helar. Las temperaturas pueden oscilar desde temperaturas cálidas, con vientos suaves, hasta otras frías en las se pueden alcanzar los 35º bajo cero un día de borrasca e invierno.
Flora y fauna: La variación bioclimática que existe en esta zona permite encontrar una variedad de especies tanto de animales como de plantas. Los bosques de planifolios, encinares, fresnos, acebos y abedules son algunas de las que alberga este extenso espacio. En el interior de estos bosque se dispersa una rica y variada flora (abundan especies cromáticas, esenciales, medicinales, etc). Entre la fauna, la cabra montesa es el animalmás característico de las zonas altas. En las zonas bajas, encontraremos sobre todo tejones, garduñas y gatos monteses.
El primer día de nuestra ruta lo dedicamos a descubrir y visitar la ciudad de Granada. Su grandeza histórica se hace patente en la cantidad de monumentos que se pueden visitar. El más famoso, la Alhambra, se encuentra las afueras de la localidad. Todo son facilidades para poder acercarse a ella y pasear por los amplios jardines que configuran el palacio. La belleza de sus fuentes y la riqueza arquitectónica de este complejo lo convierten enuno de los tesoros mejor conservados de los tiempos de la invasión mora. Desde su emblemática Torre de la Vela, su Silla del Moro hasta el Patio de los Leones o los Jardines de Lindaraja. Cualquier rincón merece la pena.
Si se visita la Alhambra, es imposible no acercarse a El Generalife, residencia veraniega de los reyes nazaritas, también rodeado de hermosos patios por los que paseaban las reinas y princesas moras. Finalizada la caminata por los cuidados laberintos, nos dirigimos hacia el núcleo de Granada. Allí se encuentra la parte renacentista y barroca, en la que no faltan los recuerdos árabes. En torno a la Catedral, se extienden calles y edificios emblemáticos. Partiendo de la Plaza de Isabel la Católica, se puede realizar un recorrido que abarca todo el centro de la ciudad. Tomando la Gran Vía desde esta plaza, nos acercaremos hasta el Palacio de la Madraza, construida en 1349 por Yúsuf I, muy parecido a La Alhambra. Muy cerca de allí se encuentra la Catedral, obra de Alonso Cano, de estilo renacentista. A su lado tiene la Capilla Real, donde fueron enterrados los Reyes Católicos. Callejeando por las diferentes vías que se extienden alrededor de este centro turístico, podremos conocer y probar los productos típicos de Granada, a la vez que llegaremos al Corral del Carbón, construido para dar hospedaje a los que venían a la ciudad y convertido actualmente en una oficina de turismo. Continuando por la Calle de los Reyes Católicos hasta el final, localizaremos la Puerta Real, acceso principal en otros tiempos y que hoy permite pasear al lado de los edificios neoclásicos más importantes de Granada.
La Plaza de Bib-Rambla es otro punto destacable. Desde la Puerta Real es muy fácil llegar a ella. Aquí se concentran diferentes comercios como cafeterías, floristerías y jugueterías, convirtiéndose en un centro muyanimado y alegre.
Granada está considerada como una de las ciudades más hermosas de Occidente. Si lo que ha visto hasta ahora le parece poco, o por el contrario, le ha picado la curiosidad por saber más acerca de ella, todavía quedan muchas más cosas por visitar.
Yendo por la calle Pescadería, que parte desde la plaza de Bib-Rambla, y continuando por la calle Lucena, toparemos con dos iglesias barrocas: la Iglesia de los Santos Justo y Pastor y la basílica de San Juan de Dios.Cerca de estos dos edificios se encuentra un complejo renacentista -El Monasterio de San Jerónimo- que merece la pena conocer.
Otros lugares de interés turístico se ubican en torno a la famosa vida universitaria granadina. El Hospital Real, con su gran fachada renacentista, es hoy el rectorado. Un poco más lejos, pero de obligada visita, la Cartuja. La misma Universidad o los Baños Árabes también merecen una paradita.
El día ha sido duro. Demasiadas idas y venidas, subidas y bajadas por las calles de la ciudad. Sin lugar a dudas, ¡nos merecemos un descanso!. Segundo día: Después de dormir y recuperar fuerzas, cambiamos de paisajes y nos dirigimos hacia el espacio natural conocido por Las Alpujarras.
Tierra de contrastes y de paisajes inesperados, se agrupan en torno a este paraje pueblos de gran belleza, en los que reina la paz y la tranquilidad. En medio de la nada de la montaña, surgen pequeñas localidades que desde hace un par de años han atraído a muchos turistas que buscan un refugio lejos del estrés y la monotonía de la ciudad.
Lanjarón será la primera parada de este día. Considerada como la puerta de entrada occidental de Las Alpujarras, con el tiempo y gracias a sus aguas termales, se ha convertido en una ciudad cosmopolita y muy visitada por aquellos que buscan paz y tranquilidad. De la época arábiga quedan distintas muestras como son los restos de un castillo y un retablo barroco en el interior de la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación.
A medio kilómetro de Órgiva por la N-323, sale el desvío que nos introduce, según los expertos de la zona, en los paisajes más espectaculares de las Alpujarras. El ascenso hacia estos pueblos se hace por una carretera serpenteante y empinada. Pasamos por distintas localidades hasta llegar a los tres pueblos más característicos de la ruta: Pampaneira, Bubión y Capileira. Extendidos a lo largo de El Barranco de Poqueira, ofrecen a todoal que llega hasta estas alturas un entramado lleno de calles escalonadas, pequeñas plazas, casas blancas y tejados de pizarra. Pampaneira es el primero de ellos. Paseando por sus empinadas rúas, descubrimos un pueblo lleno de alegría y colorido. Cientos de geranios, acompañados por ristras de pimientos rojos colgados y helechos, decoran las casas blancas típicas de la arquitectura morisca.
En cada rincón encontramos fuentes de las que manan el agua limpia y pura propia de todos los lugares de la montaña. Continuando por la carretera por la que vinimos, llegamos hasta Bubión. Con el Mulhacén de fondo, este pueblo se presenta de forma similar a Pampaneira. Destaca su iglesia mudéjar de siglo XVI. Gracias a la importante altura que alcanza Capileira, podemos observar grandes vistas de la zona. Muchos montañeros se acercan hasta esta localidad ya que desde aquí parte la pista que nos conduce hacia las cumbres del Mulhacén, el pico más alto de la Península. Además se puede visitar el Museo de Artes y Costumbres Populares Pedro Antonio de Alarcón.
Retornamos a la hasta la carretera GR-421 para proseguir la ruta. Pitres es el siguiente pueblo. A medida que nos vamos acercando, admiramos un espectacular paisaje en el que destaca el contraste de la blancura de suscasas con un fondo verde y luminoso. La modernidad de sus edificios nos indican cómo su industria textil va prosperando. A menos de un kilómetro de distancia se encuentra Pórtugos, población en la que se encuentra la Fuente Agria o Agrilla, un manantial con cinco caños de los que brotan aguas ferruginosas. Esta característica hace que muchos que padecen anemia acudan a beber esta agua.
Nuestro ascenso continua 10 kilómetros más hasta llegar a Trévelez, localidad que luce con orgullo el ser considerada el pueblo más alto de la Península. La parada se hace obligatoria en cuanto un olor a jamón curadollega hasta nosotros. ¡ Y es que la fama del jamón de bodega de Trévelez es bien conocida! Con el estómago lleno y un buen sabor de boca, paseamos por las calles de la ciudad que aún se estructuran como en tiempos musulmanes: en el barrio alto, medio y bajo. Una inscripción del siglo IX indica que fue una de las ciudades más pobladas de esta época.
Tocado este punto tan alto, comenzamos nuestro descenso hacia Juviles. En este pueblo merece la pena destacar el artesonado de la iglesia parroquial y los restos de la muralla que, en otro tiempo, rodeó una fortaleza de ocho torres.
Visto JuViles, nuestra ruta llega a su fin. Todavía tendremos que subir y bajar varias veces hasta alcanzar la carretera principal que nos lleve de regreso a casa. Y pasaremos por pueblos importantes de Las Alpujarras que en nuestro no podemos parar a visitar por falta de tiempo. Sin embargo, si usted puede hacerlo, le recomendamos que vaya a Mecina Bombarón y Yegen o que se dirija hacia Yátor.